En astrología, los planetas representan diferentes aspectos de la psique y fuerzas energéticas asociados a las capacidades de una persona. Cada planeta simboliza una función psicológica o un área de experiencia humana; por ejemplo, algunos planetas están vinculados a la identidad, la mente racional, el deseo y la emoción, mientras que otros reflejan áreas de expansión, cambio, estructura y transformación.
Cada planeta se asocia con una energía específica que toma matices según el signo en el que se ubique, lo que afecta la manera en que esa energía se expresa en la vida de la persona. Por ejemplo, la ubicación de un planeta en un signo específico refleja cómo se manifiestan sus cualidades: ya sea de manera activa, estable o cambiante. Además, los planetas están distribuidos en diferentes casas de la carta natal, que son áreas de vida (como la familia, el trabajo, las relaciones) en las que se expresan sus influencias.
Los planetas se dividen en personales, sociales y transpersonales.
.- Los planetas personales están asociados a aspectos íntimos de la personalidad y tienden a influir de manera más directa en el carácter y los hábitos individuales.
.- Los planetas sociales reflejan las interacciones con el entorno y las relaciones.
.- Los transpersonales simbolizan influencias más sutiles o colectivas, ligadas al crecimiento espiritual y transformaciones profundas a nivel generacional.
Los principales planetas utilizados en astrología
Planeta | Glifo | Tipo |
---|---|---|
Sol | Personal. Luminaria. | |
Luna | Personal. Luminaria. | |
Mercurio | Personal. | |
Venus | Personal. | |
Marte | Personal. | |
Júpiter | Social. | |
Saturno | Social. | |
Urano | Transpersonal. | |
Neptuno | Transpersonal. | |
Plutón | Transpersonal. | |
Nodo Norte | Valor astronómico calculado. | |
Nodo Sur | Valor astronómico calculado. | |
Quirón | Asteroide. | |
Lilith | Valor astronómico calculado. |
Los planetas Personales
Los planetas personales en astrología son aquellos que tienen una influencia directa y constante sobre los aspectos más íntimos y cotidianos de nuestra personalidad. Estos planetas —el Sol, la Luna, Mercurio, Venus y Marte— se mueven rápidamente en el zodiaco, lo que hace que sus posiciones varíen considerablemente en cada carta natal, reflejando los rasgos individuales y únicos de cada persona. Cada uno de estos planetas simboliza una función esencial de la personalidad y se manifiesta en cómo percibimos y nos expresamos en el mundo.
El Sol: Representa el núcleo de la identidad, el propósito vital y la esencia individual. Refleja quién somos en nuestro centro y lo que nos motiva en lo más profundo, proyectando nuestro sentido de voluntad y vitalidad.
La Luna: Simboliza el mundo emocional y la forma en que reaccionamos de manera instintiva. Está ligada a las necesidades internas, la memoria, los vínculos familiares y cómo buscamos seguridad y consuelo emocional.
Nota: Al Sol y la Luna se les conoce como las Luminarias.
Mercurio: Asociado con el intelecto, el pensamiento racional y la comunicación. Representa cómo procesamos la información, expresamos ideas y nos adaptamos mentalmente al entorno.
Venus: Refleja la forma en que experimentamos el amor, la atracción y el placer. Este planeta está ligado a los valores personales, el gusto estético y las relaciones, así como a lo que nos da satisfacción y equilibrio en la vida.
Marte: Simboliza la energía, la acción y la voluntad para avanzar hacia nuestros deseos. Marte está asociado con la forma en que tomamos decisiones, expresamos nuestra iniciativa y manejamos la pasión y el impulso.
Estos cinco planetas personales son esenciales para entender los deseos, actitudes y comportamientos básicos de interacción (relaciones) de una persona con ella misma y su entorno.
Los planetas Sociales
En astrología, los planetas sociales, Júpiter y Saturno, representan las fuerzas que influyen en cómo nos relacionamos con el mundo exterior y con la sociedad en general. Estos planetas reflejan los temas de crecimiento, límites, responsabilidades y recompensas que van más allá de la experiencia personal para conectar al individuo con su rol dentro de una comunidad y su interacción con normas, estructuras y creencias colectivas.
Júpiter: Conocido como el planeta de la expansión, Júpiter simboliza la búsqueda de crecimiento, conocimiento y abundancia. Representa el optimismo, la generosidad y la fe en lo que está más allá de lo inmediato. Este planeta impulsa a explorar, tanto en un sentido literal (viajes y descubrimiento) como en un sentido filosófico y espiritual (creencias y sabiduría). La posición de Júpiter en la carta natal indica cómo y dónde la persona puede experimentar expansión, suerte y oportunidades para crecer.
Saturno: En contraste, Saturno es el planeta de los límites, la disciplina y la estructura. Se asocia con las responsabilidades, las pruebas y los desafíos que necesitamos enfrentar para lograr madurez y estabilidad. Saturno impulsa a construir y sostener, valorando el esfuerzo, la paciencia y la perseverancia. La posición de Saturno en la carta revela las áreas donde la persona encuentra lecciones de vida importantes, y donde, a través de la superación de obstáculos, puede alcanzar un sentido de logro y autoridad.
Júpiter y Saturno, al moverse más lentamente que los planetas personales, también tienen una influencia colectiva y generan patrones compartidos en quienes nacen en un mismo periodo. Júpiter inspira expansión y confianza en el entorno social, mientras que Saturno aporta la estructura y las normas necesarias para que dicha expansión sea sostenible.
Los planetas Traspersonales
Los planetas transpersonales —Urano, Neptuno y Plutón— fueron descubiertos relativamente tarde en la historia de la astronomía y la astrología, y este hecho está relacionado simbólicamente con los temas que representan. Estos planetas se encuentran mucho más allá de los visibles a simple vista, lo cual hace que se relacionen con aspectos ocultos, profundos y colectivos de la experiencia humana.
Urano: Fue descubierto en 1781, en plena época de la Ilustración y en un periodo de grandes revoluciones sociales, como la Revolución Francesa y la Revolución Industrial. Este descubrimiento coincidió con cambios radicales en la forma de pensar, en el deseo de independencia y en la ruptura de viejas estructuras, temas con los que Urano se asocia en astrología. Su descubrimiento simbolizó la entrada en una era de cambio, innovación y búsqueda de libertad individual y colectiva.
Neptuno: Fue descubierto en 1846, una época de intensos movimientos artísticos, espirituales y filosóficos, como el Romanticismo y el surgimiento de nuevas ideologías espirituales. El simbolismo de Neptuno —relacionado con la intuición, la inspiración, los sueños y el misticismo— resonó con los temas de evasión, idealismo y búsqueda de una realidad trascendental que marcaron este período histórico. Su descubrimiento refleja un despertar hacia lo intangible, el subconsciente y el anhelo de una conexión más profunda.
Plutón: Descubierto en 1930, en un periodo marcado por crisis económicas y cambios profundos en la estructura de poder global, justo antes de la Segunda Guerra Mundial. Plutón se asocia con el poder, la destrucción y la transformación, y su descubrimiento coincidió con una era de destrucción de viejas estructuras, y con temas de regeneración y transformación global. Representa procesos profundos de cambio y de renacimiento, a menudo precedidos por una “muerte” simbólica, que refleja el intenso contexto histórico de su descubrimiento.
En astrología, el descubrimiento de estos planetas transpersonales está relacionado con el momento histórico en que la humanidad comenzó a explorar lo desconocido y a desarrollar una conciencia colectiva más amplia. Estos planetas, al pertenecer al espacio profundo y ser invisibles a simple vista, simbolizan aspectos ocultos del inconsciente colectivo y nos conectan con temas de transformación, espiritualidad y evolución social.
Urano, Neptuno y Plutón representan energías profundas, colectivas y transformadoras que van más allá del individuo. Estos planetas se mueven lentamente, permaneciendo varios años en cada signo, por lo que su influencia suele sentirse a nivel generacional y colectivo, aunque en la carta natal también tienen un impacto significativo en la evolución personal y espiritual. Estos planetas están relacionados con procesos de cambio, innovación, intuición y transformación en las dimensiones más profundas de la psique humana.
Urano: Urano es el planeta de la innovación, la libertad y el cambio repentino. Representa el impulso de romper con lo convencional, fomentando la originalidad, la rebeldía y el deseo de cambio. En la carta natal, Urano señala las áreas de la vida donde una persona busca independencia y donde puede experimentar sorpresas o rupturas inesperadas. A nivel generacional, Urano inspira revoluciones sociales, nuevas ideas y descubrimientos científicos, impulsando el progreso.
Neptuno: Neptuno simboliza la intuición, la imaginación y la espiritualidad. Asociado con lo etéreo y lo intangible, representa el deseo de trascender la realidad material para conectarse con algo mayor. En la carta natal, Neptuno muestra los aspectos de la vida donde la persona puede tener inclinaciones artísticas, espirituales o idealistas, aunque también donde puede experimentar confusión o ilusiones. A nivel colectivo, Neptuno influye en las tendencias espirituales, las artes y los movimientos de compasión y unidad.
Plutón: Plutón es el planeta de la transformación profunda, el poder y la regeneración. Se asocia con la destrucción de lo viejo para dar lugar a lo nuevo, como un proceso de “muerte” simbólica y renacimiento. En la carta natal, Plutón señala los aspectos donde la persona enfrenta su sombra, enfrentando miedos y procesos de transformación intensos. En el plano colectivo, Plutón influye en cambios radicales, crisis y renacimientos a nivel social, como cambios estructurales y evoluciones en los sistemas de poder.
En conjunto, estos planetas transpersonales reflejan fuerzas de transformación y evolución que actúan sobre el inconsciente colectivo, y en la carta natal representan los aspectos de la vida donde cada individuo es llamado a trascender lo personal y participar en procesos de cambio y crecimiento espiritual, a menudo a través de desafíos o experiencias transformadoras.
Otros planetas
Existen otros items que a nivel práctico y de interpretación en el ambito astrológico se consideran como planetas. Sin embargo siendo estrictos no son planetas desde el punto de vista astronómico. Algunos son puntos matemáticos calculados a partir de movimientos e interacciones de planetas y otros son asteroides.
Eje Nodal. El eje nodal en astrología está compuesto por dos puntos opuestos en la carta natal: el Nodo Norte y el Nodo Sur. Estos no son cuerpos celestes, sino puntos matemáticos calculados a partir de la intersección de la órbita de la Luna con la eclíptica, que es el camino aparente del Sol alrededor de la Tierra. Estos puntos se mueven a través del zodiaco de forma retrógrada y completan una vuelta en aproximadamente 18,6 años.
Para calcular el eje nodal en una carta natal, se determina el punto en el que la órbita de la Luna se cruza con la órbita solar. Este cruce genera dos puntos en el zodiaco:
El Nodo Norte: donde la Luna cruza de sur a norte en relación con la eclíptica.
El Nodo Sur: el punto opuesto, donde la Luna cruza de norte a sur.
Dado que el eje nodal se mueve en dirección opuesta a los planetas (en sentido retrógrado), su posición en el zodiaco cambia gradualmente, y su movimiento es lento, avanzando aproximadamente 3 minutos por día.
Significado del eje nodal en astrología
En términos astrológicos, el eje nodal representa temas de propósito, aprendizaje y evolución espiritual. Cada uno de los nodos tiene un significado específico:
Nodo Norte: Simboliza el propósito de vida y las lecciones de crecimiento en esta encarnación. Representa aquello que la persona necesita aprender y hacia dónde debe dirigir su energía para evolucionar. Los signos y casas donde se ubica el Nodo Norte indican actitudes y habilidades que pueden ser desafiantes pero que fomentan el crecimiento personal.
Nodo Sur: Representa habilidades, actitudes y patrones con los que la persona ya está familiarizada, acumulados de vidas pasadas (según la perspectiva kármica) o de experiencias tempranas en esta vida. Aunque estas habilidades son naturales y cómodas, la tendencia a quedarse en el Nodo Sur puede llevar a estancarse, por lo que se ve como el punto de partida desde el cual la persona debe evolucionar hacia el Nodo Norte.
El eje nodal se interpreta como un camino de balance entre las energías del Nodo Norte y el Nodo Sur. Si bien el Nodo Sur representa las bases o dones ya adquiridos, el Nodo Norte es el área en la que la persona puede desarrollar nuevas habilidades y experiencias que le ayudarán a crecer. En conjunto, el eje nodal actúa como una guía para que la persona explore aspectos de sí misma que le permitan cumplir con su propósito y trascender limitaciones.
Este eje nodal, especialmente el Nodo Norte, es utilizado en la astrología evolutiva y kármica como una herramienta clave para comprender el viaje del alma y los desafíos que permiten una mayor realización y plenitud.
Quirón. Quirón es un cuerpo celeste catalogado como un asteroide y también clasificado como un «centauro» en astronomía, descubierto en 1977. En astrología, su significado es profundamente simbólico, representando las heridas emocionales y psicológicas que todos llevamos y que, al trabajar en ellas, nos permiten sanar y, eventualmente, ayudar a otros.
La posición de Quirón en la carta natal se calcula como la de cualquier otro planeta o asteroide, midiendo su ubicación exacta en el zodiaco en el momento del nacimiento. Este cálculo se realiza con la ayuda de efemérides modernas que registran el recorrido de Quirón por el zodiaco día a día. Debido a su órbita inusual y elíptica, Quirón tiene un movimiento irregular, pasando aproximadamente 1-9 años en cada signo, con un ciclo completo de unos 50 años. Esta irregularidad en su órbita simboliza también el carácter único y complejo de las «heridas» que representa.
En astrología, Quirón es conocido como el «sanador herido». Está vinculado a áreas de nuestra vida en las que experimentamos dolor, vulnerabilidad y, a menudo, una sensación de carencia o insuficiencia que no se resuelve por completo. Sin embargo, estos mismos lugares de dolor tienen el potencial de convertirse en fuentes de fortaleza y sabiduría si nos enfrentamos a ellos y trabajamos en su sanación. Así, Quirón representa un camino de crecimiento y de «sanación a través del dolor».
Los temas específicos de Quirón en la carta natal dependen de:
El signo en el que se encuentra, que describe la naturaleza de la herida y cómo esta se manifiesta. La casa donde se ubica, que revela en qué área de la vida es más probable que la persona sienta esta herida y donde puede desarrollar habilidades sanadoras para sí misma y para los demás.
Quirón simboliza una paradoja: es el lugar donde una persona puede sentir que nunca podrá sanar por completo y, al mismo tiempo, es donde puede convertirse en una fuente de sanación para otros. Este proceso ocurre a través del reconocimiento y la integración de las propias vulnerabilidades, transformando lo que alguna vez fue una herida en sabiduría práctica y empatía profunda.
Por ejemplo, alguien con Quirón en la casa de las relaciones podría enfrentar desafíos emocionales en sus vínculos íntimos, experimentando inseguridades o heridas de rechazo. Sin embargo, con el tiempo, esta persona podría aprender a comprender mejor las relaciones y llegar a ayudar a otros en temas afectivos o terapéuticos.
Quirón se considera una clave para el desarrollo espiritual y el aprendizaje de la compasión. Al abordar y aceptar nuestras heridas, el proceso quiróniano permite desarrollar una perspectiva más profunda y humanista de la vida, una experiencia de sanación que puede beneficiar tanto a uno mismo como a los demás
Lilith, en astrología, se refiere a la Luna Negra y simboliza aspectos profundos y, a menudo, reprimidos del inconsciente, especialmente ligados a temas de poder, independencia y deseos ocultos. Lilith representa la parte de la psique que anhela autenticidad y libertad, rechazando la sumisión o la conformidad forzada. Se asocia también con la sombra femenina y con energías que pueden ser intensas, instintivas o difíciles de integrar.
Existen varias interpretaciones de Lilith en astrología, pero la más comúnmente utilizada es la Luna Negra, que es un punto matemático calculado en la órbita lunar. Este punto representa el apogeo lunar, es decir, el lugar donde la Luna se encuentra más alejada de la Tierra en su órbita. Lilith, o la Luna Negra, se mueve lentamente a través del zodiaco, cambiando de signo aproximadamente cada nueve meses.
Su posición se puede calcular utilizando efemérides específicas para Lilith o a través de software astrológico que determina su ubicación exacta en el momento de nacimiento, asignándole una posición en un signo y una casa en la carta natal.
En astrología,Lilith simboliza deseos reprimidos, temas de poder y rechazo a las limitaciones impuestas. Esta posición revela la manera en que una persona puede resistirse a someterse a normas sociales o expectativas, así como áreas en las que experimenta sentimientos profundos de autonomía y autenticidad. Lilith está asociada con la sombra y, a menudo, con partes de la psique que han sido reprimidas o negadas, reflejando actitudes hacia el poder personal y la sexualidad.
Los temas principales de Lilith incluyen:
.- Autenticidad y rechazo de la represión: Lilith representa la necesidad de ser fiel a uno mismo, incluso cuando esto va en contra de lo que otros esperan o de lo que la sociedad aprueba.
.- Independencia y autonomía: Señala un fuerte deseo de libertad y rechazo a los roles impuestos, lo que puede incluir actitudes rebeldes o desafiantes hacia la autoridad.
.- Sombras emocionales: Lilith puede indicar heridas o patrones inconscientes relacionados con experiencias de rechazo, humillación o represión, y también la fuerza que se desarrolla a través de superar estos desafíos.
La interpretación de Lilith en una carta natal depende de:
El signo en el que se encuentra, que describe cómo se manifiestan estas energías reprimidas o intensas.
La casa en la que se ubica, que indica el área de la vida donde es probable que surjan estas necesidades de autenticidad, poder y autoafirmación.
Por ejemplo, Lilith en una casa relacionada con las relaciones puede indicar una experiencia de lucha entre el deseo de intimidad y la necesidad de mantener independencia emocional. En el signo, Lilith muestra el estilo de esta expresión, ya sea directa y apasionada, evasiva, o controladora.
Lilith en astrología es una figura que invita a confrontar y aceptar aspectos de la sombra personal. Su posición sugiere dónde una persona está llamada a reconocer sus deseos ocultos, y cómo aprender a equilibrarlos sin renunciar a su poder y autenticidad. En astrología evolutiva, Lilith puede ser vista como un proceso de integración de la sombra, permitiendo que la persona se libere de patrones limitantes y se conecte con su lado más libre y auténtico.